Perdóname
Perdóname
si me equivoco
y te dejo poco a poco
llorando llorando.
Si he sido un poco necio
mostrándote mi espalda
dejando al mismo viento
que se lleve tus lágrimas.
No pretendo que te olvides
y puedes crucificarme
entregándome tu espalda
y no mirándome a los ojos.
Al final del cuento somos
dos grandes altaneros
que no pretenden ni entregan
el perdón de los hechos.
Es que nos amamos tanto
que somos enfermizos
pretendiendo mejorarnos
de este duro acertijo.
Al final el corazón
transita por las calles
en donde olvidamos
tomarnos de la mano.
Te invito y abrázame
a tenernos compasión
mudarnos de los ojos
extinguiendo la perfección.
Prepárate
que no basta solo con amar
salgamos a pasear
viviendo enamorados.
Como estrellas con instintos
evitando los abismos
entre besos
y caricias.
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