Lo que realmente nunca se tuvo
He querido encallar en la perfección de tus labios, y como un navegante mareado he varado entre tus curvas. Son mis manos de celofán que transpiran nerviosas, entre tu cintura y las paredes, entre tu cabello y tu espalda dibujada en mi cama arrugada. Como posponer, la razón del destino, que dejo acunando entre mis pestañas, tu presencia y delicada propuesta. Mientras paso a paso cavando un agujero voy cabizbajo, y trato de entender que de un día a otro, dejaste de decirme volveré. Que injusto es el amor no, que impensado lo sucedido, cuando se deja engañar, se entrega a regalía y se pierde lo que nunca realmente se tuvo. |
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