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desdoblamientointelectual

Carta de despecho que nunca llego a destino de un hombre que no olvida

 

Y ahora te puedes olvidar

porque el tiempo pasó y el tren cambió de rumbo

mientras tú crees que mi corazón es de mentira

y me miras presumida

creyendo que tus ojos me miran como ayer.

 

 Podrás decirme te quiero

al oido de cerquita

rozándome apenitas

con tu lengua de fuego.

 

Me haré el desentendido

y parecerá

que somos unos extraños

en el mundo de las mentiras

donde se juega constantemente a decir la verdad, escúchame.

 

Que te vaya bien

avispa inmortal que pica y regresa

gata traicionera que araña cuando acaricia

que dejaste este corazón en la hoguera del recuerdo de ti de ti y de ti.

 

Pero quiero que te quede claro

que no te quiero ver ni  la sombra de la sombra que se va

porque te aseguro que no caigo en tu trampa mortal otra vez

no lo olvides, recuérdalo, recuérdalo y recuérdalo.

 

Regrésame eso si

y es lo último que te pido

los besos y los abrazos que te di

para mostrarte enterito mi rencor doloroso, inmortal, impotente y magnánimo.

 

Porque hasta estos ya no los quiero

márchate de una vez ya, de una vez márchate

que aun cuando quiero decirte hasta nunca  

me doy el tiempo para decirte hasta siempre, hasta

siempre y hasta siempre.

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