Son los girasoles, los penetrantes girasoles, soles de tallos abiertos prendidos sin arrepentirse del destello de su alma. Porque habrán girasoles rodeando las afueras siempre que mires en detalle. Todo se borra, solo quedan los girasoles, y en conjunto amarillo del más amarillo, pido ser uno más de ellos aferrándome a la tierra. ¡Oh! benditos girasoles que mirais a lo alto, permítidme interrumpiros y caer un rato a descansar mis pensamientos. Quiero veros de más cerca, arrodillarme ante vuestros miles de brazos amarillos, y contaros al oído historias de tierras lejanas. Dejadme ser uno más de vosotros, abrir mis brazos y viajar como vuela el polen de vuestros sueños por los vientos. Yo vengo del sur del sur, y me he enamorado del brillo que guardan vuestros destellos dejando mis ojos amarillos. Me imagino siendo un girasol, y siento el viento que se cuela por las fronteras de mi cuerpo, como lo haceís en perfecta oscilación detenida, ¡Quiero ser un girasol más y acompañaros!. La noche vendrá y lo sabeís no os pongáis tristes, mañana el sol regresará, mientras la luna se cuela sobre los montes con su brillo, vosotros no os dormís y yo me quiebro ante el cansancio. Sucumbiendo por el sueño, ante la última esperanza de mis ojos semiabiertos, vosotros me miraís para seguir mirando al cielo, no permitiendo que la noche os cubra y seguir con vuestro brillo. Yo ilumino con mis ojos amarillos, dándome cuenta que ya soy uno más de vosotros, me impresiono y me lleno de polen, mis piernas se transforman en gloriosas raíces, mis brazos se vuelven amarillos. Mi cuerpo de tallo verde con hojas desparramadas, mi risa y mi melancolía ahora son amarillas, y ya viene el sol tiritan mis raíces, y aun todo se pone más amarillo. Todos se preparan, abriéndose, estirándose, tratando de llegar a lo más alto, inspirando vida, para expirar amarillo. Y yo miro a mi alrededor pasmado y todo es completamente amarillo, ¡soy un girasol mas!, grito, perdido en la mirada de un viajante sorprendido. |
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